Find your content

Find content by any word
Save your searches to use them to create a Feed later.
Fields
Cancel
En medio de tanta noticia sobre la tragedia del orden público en Colombia pasó de agache el inicio del debate en el Congreso del Presupuesto General de la Nación para el año 2026, fiel reflejo de la debacle fiscal que vive el país, la principal herencia económica de este gobierno, sin que se vislumbre que existe la decisión política del Pacto Histórico de ad
La guerra por la invasión rusa a Ucrania podría terminar. Aún está por verse. Trump cambió el cese del fuego de los europeos por un acuerdo más complejo. Quiere acabar la confrontación con él como hacedor de la paz, para transmitir al mundo perplejo una imagen de pacificador exitoso e imbatible negociador.
Muchos se lo preguntan en estos días en que se amontonan hechos de sangre: el asesinato de Miguel Uribe, la muerte de trece policías en un ataque contra un helicóptero en Amalfi, Antioquia, y un atentado con explosivos en Cali, en el que murieron seis civiles. Es inevitable equiparar esta violencia con la de finales del siglo pasado y comienzos de este.
El jueves en la noche, día en el que los colombianos volvimos a vestir el luto por los atentados en Cali y Amalfi contra nuestra Fuerza Pública, el presidente Petro no dio el paso definitivo de decretar una Conmoción Interior y a la hora de escribir esta opinión (viernes) no lo ha hecho. ¿Por qué?
El comercio internacional ha sido objeto de grandes incertidumbres asociadas a la política arancelaria de Estados Unidos. Anunciada inicialmente el 2 de abril, fue objeto de suspensiones, pero después de múltiples negociaciones es efectiva para la mayoría de los países desde el 7 de agosto, aunque siguen algunas negociaciones, especialmente con China.
Petro no va a despertar: no soportaría abrir los ojos y ver lo que ha hecho con el país.Con los seis muertos -entre ellos una mujer embarazada- y 76 heridos causados por la explosión de un carro bomba en Cali, y los 13 policías asesinados cuando un dron derribó un helicóptero en el nordeste de Antioquia, el jueves 21 de agosto de 2025 quedará en la historia
Los numerosos y muy amables mensajes que recibo me animan a retomar estas notas de opinión en la medida en que los tratamientos médicos me lo vayan permitiendo. Veo cómo semana a semana la muy preocupante situación del país se agrava en todos los frentes, empezando por el proceso electoral, que amenaza con generar una ruptura del sistema democrático.
La del jueves pasado fue una de las jornadas más sangrientas y dolorosas en la historia reciente de un país que no hace mucho tiempo creyó haber pasado la página del conflicto armado interno.
Antes de ser periodista hice cuatro semestres de economía, aunque del tema no recuerdo mayor cosa. Cuando la vi como electiva en comunicación social me tenía que copiar de mis compañeros, y hasta usar la calculadora para saber cuánto era dos más dos.
Hace más de un siglo vivimos entre guerras y pactos inconclusos. La guerra de los Mil Días (1899-1902) dejó más de 100.000 muertos en un país con algo más de cuatro millones de habitantes. El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948 desató la Violencia, una confrontación entre conservadores y liberales que dejó cerca de 300.000 muertos.