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El M-19 también debe reparar a las víctimas
El 6 de noviembre de 1985, a las once y treinta de la mañana, el estruendo de un camión-bomba rompió el corazón de la justicia colombiana. El Palacio, símbolo de la ley, ardió durante dos días bajo el fuego cruzado entre el M-19 y las fuerzas del Estado. Cien muertos, once desaparecidos y un país fracturado quedaron como saldo del delirio.
Concurso de violín
En los últimos días de la satisfactoria Bienal de Bogotá, un canto de amor a esta ciudad, también se llevó a cabo un maravilloso evento con el que nadie hubiera contado años atrás: el Concurso Internacional de Violín Ciudad de Bogotá, que, durante nueve días llenos de belleza y suspenso, convocó a algunos de los más grandes talentos jóvenes del mundo.
Un mínimo responsable
Los indultos son inconstitucionales
La COP30, tras diez años del Acuerdo de París
Ecos de una conflagración
No es tan difícil condenar los actos del M-19 en la toma del Palacio de Justicia, por un lado, y los excesos de la Fuerza Pública en la retoma, por el otro, sin que a uno se le forme un bololó en la cabeza. Al presidente Petro y a muchos de sus seguidores, sin embargo, les cuesta.
Los planes de desarrollo
Los primeros 40 años
¿Cuántas macabras coincidencias tuvieron que darse cita para que se consumara en Colombia la tragedia del Palacio de Justicia? Aquel noviembre fatídico de 1985 fue sacrificada una generación completa de la justicia colombiana. Nuestro sistema judicial quedó cojo desde entonces.