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EditorialesTras dos semanas intensas terminó el sábado en la ciudad brasileña de Belém la Conferencia de las Partes que se realiza anualmente en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

A comienzos de octubre advertí en estas páginas que por un mal gobierno no se descarta que sus gestores puedan ganar otras elecciones. Pronostiqué que, a pesar de Boric, el Partido Comunista chileno ganaría con Jara la primera vuelta presidencial, y así ocurrió el domingo pasado. Otra cosa será ahora la segunda vuelta.

Es época para poner sobre el tapete las rectificaciones y nuevas ideas que el próximo gobierno, elegido máximo en siete meses, tendrá que poner en práctica. Una de ellas es si queremos ser parte de la transformación económica estratégica que están viviendo los países más grandes de Latinoamérica.

Son tiempos de malabares, contorsiones y acrobacias. De equilibristas, volatineros y saltimbanquis. Un día dicen una cosa y otro día afirman lo contrario, sin despeinarse. Se necesita talento. Pero sobre todo cara dura.

El proceso electoral de Chile nos acaba de alertar sobre la importancia de lograr coaliciones centristas para así derrotar perniciosos extremos, como la izquierda en Chile (Boric), México (Amlo) o la derecha en El Salvador (Bukele).

Pensábamos que en noviembre iba a pasar con las encuestas lo de los caballos en el derbi: que saldrían de los partidores al galope. La veda de encuestas impuesta por el Congreso terminó, y no se produjo la esperada avalancha.

En Chile, la izquierda también escogió candidato temprano, ante la derecha dividida: de nada le sirvió.En una campaña con muchos parecidos con la que arranca en Colombia, los votantes chilenos se encaminan a elegir presidente, en la segunda vuelta del 14 de diciembre, al candidato derechista José Antonio Kast, quien lidera las encuestas con 54 % de la intenc

El señor Petro se hizo elegir con las banderas de la "paz total" y la lucha contra la corrupción. No se sabe, ya en el ocaso de su nefasto gobierno, cuál de las dos promesas ha sido más burlada. Los saldos de la primera en vidas humanas, y de la segunda, en pobreza y desesperanza.

Venezuela sigue siendo punto de atención y de preocupación regional. La semana que termina estuvo marcada por una renovada presión del gobierno del presidente Donald Trump sobre el régimen de Nicolás Maduro.

María Teresa Buitrago de Lamarcca, Rosa Elvira Cely, Nazly Johana Muñoz, María del Rosario Pabón, Claudia Gómez, Yudi Angélica Beltrán, Johanna Andrea Herrera Galán, Deyanira Ramírez, Valentina Trespalacios y Érika Aponte son los nombres de las diez víctimas de feminicidio a quienes la socióloga Juana Afanador quiso rendir homenaje en su libro Eso no es amor