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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) acaban de publicar su último informe sobre el hambre en el mundo. El estudio menciona a Colombia como uno de los países que requieren atención.
Doña Violeta Chamorro murió en el exilio en Costa Rica, donde había vivido igualmente desterrada al final de los años cincuenta del siglo pasado, cuando acompañó a su esposo, el periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en una huida a medianoche a través de las aguas del río San Juan, para ponerse a salvo de las garras de otra dictadura, la de la familia S
Nadie esperaba, ni siquiera habría imaginado, que en la presidencia Petro se desatara un cambio político y social tan profundo. Ni él mismo lo hubiera creído. Pero la llamada ‘Marcha del silencio’ es una evidencia más del cambio profundo que el gobierno del progresismo ha logrado: cambiar las creencias que rigen la vida política de los colombianos.
En algún momento de Otelo, la obra de William Shakespeare, su protagonista dice: "¡Es la causa, es la causa, alma mía!".
Nuestro país vive numerosos dramas locales que no se pueden disipar. Pero también es justo no ignorar los que afrontan colombianos allende las fronteras, que no solo los afectan a ellos, sino que mantienen en constante angustia a sus familias en Colombia.
EditorialesEl momento que atraviesa Colombia exige serenidad institucional, respeto a la Constitución y una profunda responsabilidad de quienes ejercen el poder público.
De los testimonios que recopilé para mi libro Perdonar lo imperdonable hay uno que recuerdo con frecuencia y que ha venido aún más recurrentemente a mi memoria desde que un joven de 15 años atentó contra Miguel Uribe Turbay.
La información se convirtió en un gran negocio. Las redes hacen que permanezcamos enganchados a conversaciones y mensajes que satisfacen pulsiones alimentadas por algoritmos. Los mapas mentales se distorsionan, la verdad deja de importar.
Siempre he creído que, como periodistas, nuestro deber es fiscalizar, criticar y también incomodar a quienes ejercen el poder, sean de la ideología que sean: de derecha, de izquierda, de centro, cívicos, ambientalistas, cristianos, católicos o agnósticos.
A mediados del siglo pasado el lenguaje de los extremistas de los partidos tradicionales llevó la política a un punto de ruptura. El mínimo traspié iba a desembocar en la Violencia. Entonces pasó el asesinato de Gaitán.