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La protesta pacífica es un derecho legítimo, consagrado en la Constitución y esencial para cualquier democracia. Debe ser respetada y garantizada como un escenario de participación ciudadana, sin importar la causa o el sector social que la convoque. Todo dentro del respeto por los derechos de los demás.

EditorialesAir-e, la comercializadora eléctrica del Atlántico, Magdalena y La Guajira, atraviesa sus peores días. Hace un año fue intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos, debido a su agobiante situación financiera. La decisión se tomó por las dificultades para hacer frente a deudas que, en ese momento, ascendían a 5,3 billones de pesos.

Los bosques secos circundantes de la ciénaga de Mallorquín, ubicados en los municipios de Barranquilla y Puerto Colombia, han sido víctimas de un ecocidio, en particular en la última década, que es urgente detener con miras a proteger y restaurar el bosque remanente.

Como una coincidencia entre lo desafortunado y lo providencial, Colombia exhibió la semana pasada dos rostros contrapuestos en la Capital del Mundo.

Nunca he tenido diamantes por varias razones. La primera es porque no he contado con el dinero para comprarlos; la segunda, porque me creo bastante inmune a las modas aspiracionales, y la tercera, porque de alguna manera me opongo a una industria que ha sido señalada por cometer abusos contra las personas que trabajan en ella.

No sé si la izquierda democrática en este país -la de Carlos Gaviria, por ejemplo- sea enteramente consciente del desastre que es, sobre todo para ellos, esa aventura política llamada Gustavo Petro.

Villa Adelaida, la restaurada casona clásica en la carrera 7.ª con la calle 70 de Bogotá, merece su propia biografía. Fue la bellísima casa que el generoso don Agustín Nieto Caballero, educador fundamental que echó a andar el Gimnasio Moderno, le pidió al arquitecto Pablo de la Cruz que le diseñara.

EditorialesHace no mucho, en este mismo espacio, aludimos a la situación de desaseo que se viene presentando en varios puntos de la capital. Son alrededor de 600. Verdaderos muladares que han surgido en el contorno de la ciudad y que los han convertido en símbolo de dejadez y desfachatez.

En la fachada del Congreso de la República, una pancarta con el lema de ‘Salva a Colombia, ¡ten hijos!’ enmarca una nueva temporada electoral que mezcla altares callejeros y procesiones con política.

El Dane reveló que la tasa de natalidad en Colombia había descendido en 2024 respecto de la tendencia que traía en prepandemia: solo hubo 1,6 nacimientos por mujer en dicho año, cayendo del 2,3 en 2000, cuando ese indicador todavía superaba el 2,1 requerido para mantener estable el nivel poblacional (neto de migraciones).